Traducimos a continuación una carta, firmada por varios ciudadanos de distintos países del mundo, que le fue enviada al presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, el 25 de enero de 2017.
La versión original en inglés se puede leer en los siguientes enlaces:
memo-to-president-trump-on-domestic-us-torture-programs-running-under-cover-of-surveillance (PDF)
«Procuraremos tener relaciones de amistad y buena voluntad con las naciones del mundo, pero lo haremos considerando que todas las naciones tienen derecho a poner sus propios intereses en primer lugar.
No pretendemos imponer nuestro estilo de vida a nadie, sino dejar que brille de manera ejemplar.
Brillaremos para que todos nos sigan».
Presidente Donald J. Trump
Discurso del Día de Inauguración, 20 de enero de 2017
MEMORANDO SOBRE LOS PROGRAMAS NACIONALES DE TORTURA QUE ACTUALMENTE SE ESTÁN LLEVANDO A CABO EN LOS ESTADOS UNIDOS AL AMPARO DE LOS PROGRAMAS DE VIGILANCIA
La mutilación física de la población perpetrada en secreto por el Ejército, los servicios de inteligencia y el departamento de Justicia de los Estados Unidos
Armas electromagnéticas, neuroarmas, bioterrorismo y acoso organizado
Fecha: 25 de enero de 2017
Al Presidente Donald J. Trump
Señor Presidente:
Nos hemos unido para pedirle que actúe para poner fin de inmediato a los programas encubiertos de guerra electrónica y de terrorismo doméstico (basado en el COINTELPRO) que actualmente están llevando a cabo las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, el Ejército de los Estados Unidos, el departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos [US Homeland Security] y sus contratistas en nombre de la «Vigilancia» Electrónica y la Seguridad Nacional contra la población estadounidense.
Dado que esta es su primera semana en el cargo, es posible que el Estado Profundo y el gobierno en la sombra (no elegido por los ciudadanos) que, al parecer, está detrás de todos aquellos que han sido elegidos para formar parte del gobierno de los Estados Unidos, le presenten a usted estos programas secretos como una actividad reglamentaria de inteligencia y vigilancia que es necesaria para la preservación de la Seguridad Nacional.
Como analistas de los servicios de inteligencia, activistas pro derechos humanos, abogados, denunciantes, escritores, científicos, víctimas, y miembros altamente productivos y realizados de la sociedad, procedentes de campos muy variados de las ciencias, las artes y las humanidades, y especialistas en pensamiento crítico, análisis de sistemas, ingeniería, educación, sanidad, derecho y servicios de inteligencia, estamos aquí para informarle de lo contrario: Estas NO son actividades reglamentarias de inteligencia y de vigilancia. Se trata de programas de terrorismo organizado en los que, por medio de la utilización de las armas mortales de la Guerra Electrónica, se cometen los crímenes y violaciones de los derechos humanos más espantosos, causando daños corporales graves a muchísimos ciudadanos inocentes.
Por medio de la vigilancia y de la agresión, no a terroristas ni a espías, sino a aquellos americanos que son los mejores y los más brillantes, los más productivos y los más dotados, así como a los denunciantes y activistas, estos programas desestabilizan seriamente nuestra sociedad civil, pueden hacer que decaiga irreversiblemente la producción económica de nuestro país, y ya se han convertido en la más vergonzosa de nuestras exportaciones a otros países.
LA SITUACIÓN SOBRE EL TERRENO EN LOS ESTADOS UNIDOS CONTINENTALES
Gracias a los billones de dólares invertidos anualmente en la financiación de operaciones secretas, gracias a la carta blanca que se otorga a los organismos militares y a las agencias de inteligencia, tanto antes como después del 11 de septiembre, y gracias a la conveniente clasificación y ocultación de todas aquellas actividades turbias que sean necesarias para la Seguridad Nacional, el fraude, el derroche y la corrupción en los niveles más altos del gobierno son actualmente endémicos. Las facciones corruptas de las agencias de inteligencia y de los departamentos militares están cometiendo abiertamente crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en actos de hostilidad directa contra el pueblo estadounidense.
1. En nombre de la Guerra contra el Terror, una operación de tráfico a un nivel superior ha sido puesta en marcha por el Ejército de los Estados Unidos, el departamento de Seguridad Nacional y la CIA sobre los ciudadanos estadounidenses:
Las actuales directivas militares y de los servicios de inteligencia (5240.1R, la NDAA [National Defense Authorization Act], EO 12333 y el AR 2-2 de la CIA) permiten a los militares estadounidenses detener indefinidamente a los ciudadanos y utilizar con fines de experimentación a aquellos estadounidenses que se encuentran «bajo vigilancia». De este modo se está esclavizando y torturando pública y abiertamente a una gran parte de la población estadounidense.
La creación de los programas de Operaciones Conjuntas de Focalización [Joint Targeting operations], Centros de Fusión [Fusion Centers], Sistemas Regionales de Intercambio de Información [Regional Information Sharing Systems (RISS)] con centros de inteligencia privatizados, así como las iniciativas de «Policía Comunitaria» [Community Policing] y de «Vigilancia del Vecindario» [Neighborhood Watch], han permitido la creación de una red de agentes depravados e inmorales procedentes de los Cuerpos de Seguridad [Law Enforcement], las agencias de Inteligencia y el Ejército, que con el pretexto de la «seguridad nacional» llevan a cabo experimentos con seres humanos, sin restricciones y muy bien remunerados, para las industrias armamentística, farmacéutica y de la vigilancia, así como para disfrutar de su sadismo y depravación personales. Resulta muy revelador el hecho de que entre el 70 y el 80 % de las víctimas de estos crímenes son mujeres. Esta relación entre el número de mujeres y el de hombres es característica de los actos de violencia sexual y los crímenes de guerra.

Mientras tanto, un ejército cada vez mayor de civiles, que casi se pueden considerar como miembros de los «Cuerpos de Seguridad», y a veces procedentes de la escoria de la sociedad, están recibiendo un entrenamiento continuo y están siendo utilizados para tenderles trampas a estadounidenses inocentes en operaciones que duran las veinticuatro horas del día.
2. En nombre de la Guerra contra el Terror, y presentadas como si formaran parte de una vigilancia electrónica necesaria; consentidas y controladas por el departamento de Seguridad Nacional [Homeland Security] y el departamento de Justicia de los Estados Unidos, las armas más mortíferas de la guerra electrónica se están utilizando de forma rutinaria contra los civiles en la denominada «vigilancia» dentro de sus propios hogares:
◦ armas de energía dirigida y de microondas,
◦ armas infrasónicas y ultrasónicas,
◦ armas de radar militares,
◦ neuroarmas,
◦ infecciones con agentes nanotecnológicos autorreplicantes biológicos o sintéticos («polvo inteligente» o smart dust) que contribuyen a la lectura de la actividad cerebral.
Estas armas son armas militares de guerra, diseñadas para incapacitar, deteriorar y destruir los órganos, los nervios, los cuerpos y los cerebros de los seres humanos, y además las están utilizando con crueldad, sin interrupción, en situaciones de ataque que duran las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana.
Además, los agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) también realizan ejercicios secretos de interrogatorio, operaciones de control mental y programas de modificación del comportamiento con los cerebros de las víctimas (ampliaciones del MK ULTRA y de los primeros experimentos llevados a cabo por los nazis en los campos de exterminio).
Con este fin se está utilizando un enorme sistema de sofisticados dispositivos silenciosos de guerra electrónica y de señales de inteligencia, colocados en aviones, aviones teledirigidos o drones, helicópteros, satélites, antenas de telefonía móvil y vehículos terrestres, con la complicidad de todas las agencias de Inteligencia, como la Oficina Nacional de Reconocimiento [National Reconnaissance Office o NRO] y la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial [National Geospatial-Intelligence Agency o NGSA], y de agencias federales como la Administración Federal de Aviación [Federal Aviation Administration o FAA] y la NASA.
Las personas que son atacadas con armas de guerra electrónica también son sometidas a diario a acciones COINTELPRO o «Zersetzung» (acoso organizado [organized stalking], apiñamiento de personas [crowding], acoso laboral [mobbing], obstrucción de la vía, seguimiento con los faros encendidos de un vehículo [brighting], destellos [flashing], hostigamiento a través de ruidos), acciones llevadas a cabo por el Infragard del FBI [la asociación del FBI con empresas privadas], así como por los grupos nacionales de vigilancia de vecindarios.
Se trata de programas de tortura doméstica (en los que los servicios de inteligencia y el Ejército de los Estados Unidos actúan conjuntamente) ocultos bajo la tapadera de la vigilancia biométrica, la vigilancia física y la vigilancia electrónica, y puestos en marcha por los cínicos y corruptos departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia, que han permitido el uso de etiquetas tapadera para encubrir el uso de la violencia contra los ciudadanos estadounidenses.
3. En nombre de la Guerra contra el Terror, en 2017, los vecindarios y comunidades estadounidenses, que antes eran comunidades tranquilas y pacíficas en las que reinaba la buena vecindad, han pasado a ser el campo de batalla de los depredadores contra las presas, es decir, reductos divididos donde imperan el espionaje encubierto, la delación, la guerra electrónica, las campañas de difamación y los ataques COINTELPRO premeditados contra los vecinos, planeados y coordinados a través de los centros de inteligencia, de información y de mando a nivel nacional y local y financiados por el gobierno federal, tales como el Sistema Regional de Intercambio de Información (RISS) [Regional Information Sharing System (RISS)], el departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Red de Centros de Fusión [Fusion Centers].
El blanco de estos ataques son los estadounidenses inocentes que son injustamente señalados y difamados como extremistas, terroristas, espías o combatientes enemigos, y que con frecuencia son los más rectos del vecindario, personas con conciencia y civismo, integridad y talento, espíritu emprendedor y creatividad; personas inocentes con una reputación impecable; personas que son atacadas no porque sean criminales en potencia, sino por su facultad innata para atraer y propagar ideas positivas para la comunidad.
La camarilla de delincuentes que trabajan en el FBI, el DHS, la CIA, la NSA, los cuerpos policiales y los centros RISS y que participan en estos programas mienten abiertamente a los vecinos cuando califican a estos ciudadanos inocentes de terroristas o espías, cuando los investigan, cuando les lanzan campañas de difamación y calumnias, y cuando toman el control de comunidades enteras para que les ayuden a vigilarlos, espiarlos, someterlos a sabotaje y calumniarlos, amenazando a los vecinos con multas elevadas y penas de cárcel si no colaboran.
De este modo consiguen destruir vidas enteras: las fechorías son continuas en el trabajo, las mentiras circulan y las familias se rompen.
Los vecinos se convierten en colaboradores y cómplices cuando dejan que los operadores de armas electrónicas entren libremente en su barrio y en sus viviendas y utilicen sus accesos y sus propiedades para instalar antenas y realizar operaciones de seguimiento.
Los colaboradores son pagados generosamente y sobornados con reformas del hogar, coches nuevos y billetes para disfrutar de unas vacaciones de lujo o de un partido de béisbol. También les enseñan a manejar ciertos dispositivos, entre ellos teléfonos móviles que lanzan ataques de radiación pulsada, y que ahora dirigen hacia su vecino inocente.
Todo esto recompensa y consolida el comportamiento corrupto de tal modo que nuestra sociedad terminará dividiéndose y desintegrándose completamente en las próximas décadas. Y lo peor de todo es que este sistema de espantosos abusos rutinarios ha desarrollado una vida propia por la que cada vez se cometen más actos vengativos y los criminales que actúan sobre el terreno tienen licencia para hacer lo que quieran a expensas de los miembros económicamente productivos de nuestra sociedad. La violación electrónica es uno de los desmanes que cometen.
4. La psiquiatría está involucrada en todo esto como una herramienta política que se utiliza para subyugar a aquellos que han denunciado la existencia de estos programas a través del diagnóstico de que tienen ideas delirantes, un veredicto que propagan los medios de comunicación controlados por la CIA y por los cuerpos de seguridad.
Hay que destacar que el silencio que se hace a nivel nacional sobre esta cuestión, así como la manipulación que vemos en los medios convencionales cuando mencionan a las «personas objetivo» que denuncian los programas de vigilancia abusiva, están directamente relacionados con el control vampírico que la CIA ejerce sobre los principales medios de comunicación, que promueven intencionadamente el engaño cuando informan sobre ello con el fin de ocultar y mantener en la clandestinidad estos programas en los que se utilizan las armas electrónicas para actuar con violencia contra los ciudadanos y mutilarlos.
Tanto la corrupción existente en los cuerpos policiales y en el departamento de Justicia, como la utilización de la psiquiatría como un arma y la difamación indiscriminada de que son objeto las víctimas impiden que se remedie la situación.
UN ESCÁNDALO PÚBLICO DE PROPORCIONES INTERNACIONALES
Actualmente esta situación ha dado lugar a una industria en crecimiento que se autoperpetúa, cuyo objetivo es hacer daño de manera premeditada y sistemática a algunos de los miembros más productivos de nuestra sociedad.
Al deshacerse de las personas que tienen conciencia e integridad, así como de los denunciantes y de los activistas de una comunidad, por medio de estos medios extremos de tortura y humillación públicas, da la impresión de que los operadores encubiertos de las agencias de inteligencia y del Ejército que ejecutan estos programas lo que tratan de conseguir es una población cada vez más sumisa, más falta de ética y más maleable, personas que creerán en la mentira oficial, personas que serán capaces de ponerse en contra de sus propios amigos y vecinos, personas que ayudarán a lapidar a los inocentes hasta matarlos.
El alcance y el sadismo de estas agresiones deliberadas al cuerpo y al cerebro, que consisten básicamente en la utilización de armas militares de guerra contra civiles pacíficos, no combatientes y desarmados, y que viven pacíficamente en su propio país, constituyen un crimen contra la humanidad que se está perpetrando contra el pueblo estadounidense.
Y, lamentablemente, estos programas de tortura propios de los campos de exterminio nazis se han convertido en el principal producto de exportación de los Estados Unidos junto con nuestros misiles, bombas y drones.
El hecho de que las víctimas lleven años pidiendo ayuda públicamente a través de las redes sociales constituye una deshonra para todos los cuerpos policiales. Actualmente la situación ha sobrepasado la deshonra y se ha convertido en un escándalo público de proporciones internacionales que amenaza la estabilidad de nuestras sociedades. Sin lugar a dudas, este problema está acabando con las personas más brillantes de nuestra nación e inevitablemente terminará afectando a la capacidad económica y creativa de los Estados Unidos. De hecho, ya nos está haciendo retroceder en la competición con otras naciones y está exponiendo seriamente a los Estados Unidos al riesgo de un golpe de estado.
UN HOLOCAUSTO SILENCIOSO QUE TIENE LUGAR DENTRO DE LOS ESTADOS UNIDOS
Por favor, lea los siguientes documentos adjuntos:
1) Resumen ejecutivo del Informe sobre la tortura neuropsicológica y electrónica sin contacto (basado en The Torture Memos [Los memorandos sobre la tortura] y en el Torture Report [Informe sobre la tortura] del Comité de Inteligencia del Senado, que ha sido desclasificado), escrito por Robert Duncan, A.B., S.M., M.B.A., Ph.D. [en español aquí].
2) Un resumen sucinto de la situación actual en América, escrito por Karen Stewart, la denunciante de la NSA:
«Durante la presidencia de Bush y ahora en la presidencia de Obama, lo que aparentemente comenzó hace décadas como un conjunto de programas ilegales y clandestinos de experimentación con seres humanos, como el MK ULTRA de la CIA, ha dado lugar a la proliferación de contratistas del departamento de Defensa tales como Lockheed Martin, Raytheon, General Dynamics y otras compañías, que llegan a acuerdos secretos con agencias federales como el departamento de Defensa [DOD], DIA, NSA, DHS, etc., por los que se les permite a estas empresas (y a universidades y laboratorios relacionados con ellas) ampliar los programas de experimentación inhumana, como por ejemplo los experimentos ilegales con armas de energía dirigida en los que se tortura a ciudadanos estadounidenses que ni han dado su consentimiento ni se han prestado a ello.
La estafa se lleva a cabo del siguiente modo: a personas elegidas al azar, o a personas que son disidentes o que han tirado de la manta, se les pone adrede la etiqueta falsa de «terroristas» y se las coloca en una lista negra que después se entrega a las empresas contratistas del departamento de Defensa para que ataquen a dichas personas siguiendo una interpretación pervertida de la Ley de autorización de la Defensa nacional [National Defense Authorization Act o NDAA] y de la Ley de Protección de América [Protect America Act o PAA].
Esto les permite involucrar al Ejército y a los cuerpos policiales en el acoso activo y la tortura de personas a las que se pone en el punto de mira ilegalmente por un motivo fraudulento, o bien les otorga a los contratistas de Defensa carta blanca para cometer ataques criminales contra ciudadanos inocentes a la vez que exigen (inconstitucionalmente) que la Policía se retire y no haga nada para ayudar a sus víctimas».
Tenga la amabilidad de leer la declaración completa aquí.
POR FAVOR, ACTÚE AHORA MISMO PARA PONER FIN A ESTOS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD TANTO EN LOS ESTADOS UNIDOS COMO EN EL RESTO DEL MUNDO
Para poner fin a estos crímenes contra la humanidad, nosotros, los abajo firmantes, le pedimos que haga lo siguiente de manera inmediata:
1) Suspenda todos estos programas de vigilancia, ensayo y experimentación.
2) Suspenda y derogue todos los mandatos que permiten al Ejército de los EE.UU. probar armas con los ciudadanos.
3) Derogue y revoque todas las directivas civiles y militares que permiten la experimentación sobre los estadounidenses sin su consentimiento previo.
4) Dé la orden a la Guardia Nacional de que confisque todas las armas electromagnéticas portátiles y todos los dispositivos de vigilancia escalares, sónicos y por radar, y ordene el encarcelamiento de todos aquellos, incluidos los agentes del FBI, los cuerpos policiales, etc., que posean estos dispositivos, ya que violan muchas secciones del título 18 del Código de los Estados Unidos en lo referente a las armas de destrucción masiva.
5) Congele todos los programas de vigilancia que están llevando a cabo todas y cada una de las agencias del aparato de los departamentos de Justicia y de la Seguridad Nacional.
6) Haga que se publique abiertamente la lista de los nombres de todas las personas a las que distintos organismos a nivel federal, estatal y local han atacado en los últimos treinta años a través del acoso organizado, las armas electromagnéticas y las neuroarmas.
– Obligue a todas las universidades e instituciones de investigación, y a todas las agencias, departamentos y contratistas de Defensa y de Inteligencia, a que desclasifiquen los parámetros médicos de estos programas de vigilancia y tortura clasificados, encubiertos y de acceso especial.
– Dé la orden de que se desclasifiquen los expedientes de todas y cada una de las víctimas, de modo que se sepa qué experimentos se han llevado a cabo, lo que se les ha inyectado o implantado y qué nanotecnología se les ha aplicado, y ordene que se les preste una asistencia médica inmediata que cubra totalmente la detección y la extracción de los implantes, el tratamiento de los daños provocados por la radiación, y todas aquellas medidas sanitarias que sirvan para tratar las consecuencias a largo plazo de estos crímenes.
– Dé la orden de que se reembolse completamente a las víctimas todo el dinero que han gastado en tratamientos médicos y en funerales familiares durante el curso de estos programas de tortura, y de que se les proporcione una indemnización permanente por todos los gastos médicos que tengan que afrontar hasta su muerte.
7) Interrumpa la financiación de todos los programas de vigilancia que actualmente tienen como objetivos a ciudadanos estadounidenses identificados.
8) Interrumpa la financiación de todas las operaciones secretas de todas y cada una de las agencias, en particular la CIA.
9) Obligue a los principales medios de comunicación a que detallen completa y abiertamente estos programas de tortura perpetrados contra los ciudadanos.
10) Elimine a todo el personal que ha trabajado en estos programas, comenzando desde arriba.
11) Ponga en marcha una investigación parlamentaria para descubrir y divulgar por completo los detalles de estos programas.
12) Ordene el desmantelamiento de todas las agencias y grupos militares cuya descarada participación en estos crímenes contra la humanidad haya quedado registrada.
13) Trabaje estrechamente con sus homólogos y las agencias de otros países para asegurarse de que se alcancen los mismos resultados en la restauración de los derechos humanos y las libertades en todo el mundo.
Es necesario poner fin a estos crímenes contra la humanidad si los Estados Unidos de América quieren preservar su resiliencia nacional y la amistad de sus aliados en todo el mundo.
Hoy tiene usted la oportunidad de corregir muchos errores históricos. Se ha hablado mucho de la historia de la esclavitud en América. Sin embargo, actualmente, al ser conscientes de esta realidad, podemos constatar que la esclavitud ha entrado en una nueva fase con las armas silenciosas de la guerra electrónica y neurológica.
Usted ha dicho lo siguiente:
«No hay nada que temer. Estamos protegidos, y siempre lo estaremos.
Nos protegerán los grandes hombres y mujeres de nuestro Ejército y de nuestros cuerpos policiales,
y, sobre todo, nos protegerá Dios.
… Haremos que América sea de nuevo un lugar seguro».
Presidente Donald J. Trump
Discurso del Día de Inauguración, 20 de enero de 2017
Pero hoy en día NO hay leyes escritas en los Estados Unidos —la tierra de los libres y el hogar de los valientes— que impidan la experimentación con los seres humanos sin su consentimiento. Hoy en día los estadounidenses están esclavizados y están exportando esta mala imitación medieval a todos los rincones del mundo.
Sus hijos y sus nietos están tan expuestos a este peligro como los nuestros.
Por favor, actúe cuanto antes para poner fin a estos horribles y vergonzosos crímenes contra la humanidad que están destrozando nuestra sociedad.
Atentamente,
Ramola D., Estados Unidos. Escritora, periodista, activista.
Karen Melton Stewart, Estados Unidos. Analista de Inteligencia de la NSA, retirada.
Dra. Katherine Horton, Alemania. Físico de partículas, analista de sistemas.
Ricardo Camilo López, Estados Unidos. Físico teórico, profesor de matemáticas y ciencias, semiótico.
Paul Baird, BEc. LLB, Australia. Defensor de los Derechos Humanos.
Eyerly Felder, Estados Unidos. Activista pro Derechos Humanos, padre de acogida, presentador de podcasts y periodista.
Rosanne Marie Schneider, Estados Unidos. Autora de «Vigilancia, tortura y control en el mundo moderno» [Surveillance, Torture and Control in the Modern World].
Regis Burke, MSW, Estados Unidos.
Leo E. Garcia, Estados Unidos.
Teresa Bender, RN, ASN, Estados Unidos. Graduada Magna Cum Laude. Miembro de Phi Theta Kappa. Veterana de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (1989-1993), que sirvió durante la Primera Guerra del Golfo, con una discapacidad contraída en el período de servicio y retirada con honores. Entrevistada por los medios de comunicación en Virginia Occidental. Enlace al video de YouTube: «Adult Bullying, West Virginians speak out» [Los ciudadanos de Virginia Occidental denuncian el acoso entre adultos]. También participó en el video de concienciación sobre las personas objetivo [targeted individuals] titulado «Targeted Individuals, A Plea for Help» [Personas objetivo, una petición de auxilio], filmado en Nueva Jersey en 2014.
Robert I. Walker, Estados Unidos. Activista pro derechos humanos, veterano de Vietnam, cristiano.
Seth Farber, Ph.D., Estados Unidos. Escritor, psicólogo.
Gregory A. Mann, Estados Unidos. Exmarino, miembro retirado del departamento de Defensa. En servicio conjunto durante 27 años. Denunciante.
Margaret Zawodniak, RN, BSN, Estados Unidos.
Amy L, Estados Unidos. Licenciada en Fisioterapia.
Joseph Quevedo, Licenciado en Negocios Internacionales, Estados Unidos. Técnico Certificado en Logística.
Mariana Maritato, Máster en Ciencias, CCC-SLP, C-PESL, HC, Polonia.
Herman Winston, Estados Unidos. Veterano del Ejército de los Estados Unidos, exagente de policía, mecánico.
Tracy A. Wellons, Estados Unidos. Científica especializada en Investigación Biomédica.
Dr. Millicent Black, MACM, MMFT, Estados Unidos. Refugio de la Iglesia de la Tormenta, Tennessee. Pastor, activista, investigador.
Kenneth Peartree, Estados Unidos. Sargento mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (retirado).
Virginia Sealey, Estados Unidos. Graduada en Educación Física y Sanitaria por la Universidad Estatal de Luisiana. Agente de Bienes Raíces Comerciales (retirada).
Capitán Gary W. Kassbaum, Canadá. Investigador regional sénior – Junta de Seguridad del Transporte Marítimo.
Alec Devere Rafter, graduado por la NYU, BFA, Estados Unidos. Actor, escritor, músico.
Ben Colodzin, Ph.D., California, Estados Unidos. Analizador H-SCADA (Control de supervisión y sistemas de adquisición de datos de seres humanos) para las víctimas de acoso.
Paul Grigun, Estados Unidos.
Thomas A. Dickey, Estados Unidos. Militar estadounidense retirado.
Robert Vincent Leaf, Estados Unidos. Técnico en climatización, App.
Mike Patrick, Estados Unidos.
Mandi (Deedee) Durrence, Estados Unidos. Trabajadora por cuenta propia, trabajadora de la construcción y ganadera.
Barbara Hyseni, Estados Unidos. Sargento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Pastora cristiana.
Geri Kemp, Licenciado en Ciencias Empresariales, MPA, Estados Unidos. Gerente titulado. Planificación de instalaciones educativas. Dirección de empresas educativas. Organizador del Programa Nacional de Jóvenes Jinetes.
Denise S. Pompl, Estados Unidos.
Donna Stanley, Estados Unidos. Madre, hija, abuela, amiga, americana, vigilante de prisiones jubilada.
Lori Tolbert-Carroll, Estados Unidos.
Charmaine Thomas, Estados Unidos.
Guy Potter, Estados Unidos.
Ms. Maura Sheehan, licenciada en enfermería, Estados Unidos.
Rochelle Jones, Estados Unidos. Mujer ordenada pastora, California.
Juanita Hardnett, Georgia, Estados Unidos.
Sherri M Guarnieri, Estados Unidos.
Edith Diane Schutza, Texas, Estados Unidos.
Michele Kimbrough, Estados Unidos. Empleada de prisiones jubilada.
Kola Boof. Novelista galardonada y guionista de televisión.
Bonnie Hunt, Estados Unidos. Profesora y conferenciante universitaria jubilada, profesora de educación secundaria, MBA, MS, CPA (inactiva).
Jeaneine M. Heaney, Estados Unidos. Cristiana.
Por favor, visiten esta página del portal The Everyday Concerned Citizen [El ciudadano corriente preocupado] para leer una versión continuamente actualizada de este memorando. Sírvanse enviar un correo electrónico en cualquier momento a ramolad@hushmail.com si desean firmar este memorando. Por favor, difundan esta información que los principales medios de comunicación, controlados por la CIA, están ocultando. Alcémonos hoy en defensa de América y en defensa de toda la humanidad; firmemos y transmitamos la información. El mundo entero debe conocer la existencia de estos crímenes, que deben ser abordados públicamente.
Artículo traducido por Conrad R.
Nota 1: La escritora estadounidense Ramola D, autora del blog The Everyday Concerned Citizen, fue duramente atacada mediante armas de energía dirigida tras enviarle este memorando al presidente Donald Trump en enero de 2017, simplemente por pedirle que ayudara a las víctimas de estas agresiones. La doctora en Física Katherine Horton, autora del portal STOP 007 y tercera de los firmantes del documento, fue atacada simultáneamente en su vivienda de Suiza.
Nota 2: Todo esto está ocurriendo ahora mismo también en España.