Con el rey o con el príncipe, con la monarquía o con la república, con la derecha o con la izquierda, aquí nos siguen fumigando

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Nosotros, los pájaros, os pedimos que detengáis las fumigaciones. – La nube se pregunta: «¿Seré destruida por un avión a reacción?». – ¡Necesitamos nubes naturales! Dejad de fumigarnos. – Nosotros, los árboles, también estamos siendo envenenados. – Nosotras, las abejas, estamos siendo asesinadas. – ¡Nuestros hijos merecen un mundo mejor! ¡Dejad de envenenar a nuestros niños!

El día dos de junio amaneció en Madrid con un cielo blanquecino, probablemente como resultado de una fumigación nocturna. A las diez y media de la mañana el presidente del gobierno anunciaba la abdicación del rey, y al mediodía varios aviones fumigaban la capital del reino con estelas cortas, medianas y largas; al atardecer el cielo tenía más porquería que la bombilla de una cuadra. Y hoy, tres de junio, ahí siguen, dale que te pego, uno, y otro, y otro más… Ahora mismo, a la una y media del mediodía, el cielo de Madrid está lleno de nubes artificiales que se van expandiendo… Las «nubes altas», como las llama la señora de la primera cadena.

Si al rey o al príncipe les importáramos algo de verdad, harían algo por impedirlo. Si a los candidatos a la presidencia de la república les importáramos algo de verdad, si de verdad tuvieran voluntad de servicio, harían algo, dirían algo. Pero no dicen nada. Nuestra salud, nuestro bienestar y el medio ambiente, en realidad, no les importan nada.

Nota: A través de este enlace se accede a una lista de artículos que versan sobre la geoingeniería y sus efectos en la salud de las personas.