Otra vez fibras transportadas por el aire, y otra vez, y otra vez más

Publicamos a continuación la traducción al español de un artículo escrito por un ciudadano de California y publicado en el portal de Clifford E. Carnicom el 30 de noviembre de 2005, cuya versión original en inglés (Airborne fibers again, and again – and again) se puede leer haciendo clic en los enlaces siguientes:

http://www.carnicominstitute.org/articles/FibersNov2005.htm

fibersnov2005

OTRA VEZ FIBRAS TRANSPORTADAS POR EL AIRE, Y OTRA VEZ, Y OTRA VEZ MÁS

Por Clifford E. Carnicom
30 de noviembre de 2005

El siguiente informe nos lo ha enviado un ciudadano del norte de California. Este informe se suma a la serie de pruebas, presentada a lo largo de casi siete años, que demuestra el sometimiento de la población a unos agentes contaminantes transportados por el aire que aún no han sido identificados. El informe demuestra que es muy probable que existan consecuencias importantes para la salud relacionadas con estas operaciones atmosféricas; también demuestra que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos [Environmental Protection Agency o EPA] ha fracasado completamente en su misión de servir a los ciudadanos y de proteger la salud y el equilibrio de nuestro medio ambiente. Las fibras que son objeto de este artículo parecen ser, en todos los aspectos, idénticas a las que la EPA se ha negado a identificar cuando se lo solicitamos hace más de seis años. La «política» de la EPA declarada públicamente consiste en que no analizará ni identificará ni examinará ningún «material no solicitado». El argumento minoritario de quienes afirman que estas hebras tienen un origen corriente (por ejemplo, que se trata de telas de araña) hace mucho que se demostró que es irracional; estos materiales tienen una naturaleza evaporativa y transformable, y muestran unas características, una masa y unas dimensiones insólitas. Todo esto da argumentos de sobra para que la EPA sea impugnada en un sentido legal por su posición. Cuanto antes se den cuenta de esto los ciudadanos de los Estados Unidos y del resto del mundo y actúen en consecuencia, antes podremos restaurar la salud y el equilibrio de nuestra atmósfera. Esta reparación no tendrá lugar sin enfrentamiento, y seguiremos pagando el precio de nuestra apatía y sumisión ante estas violaciones de la ley natural y del derecho divino. Yo recomendaría que la mayor de las presiones se ejerciera sobre los representantes del gobierno de esta nación si lo que queremos es poder respirar y vivir en un medio saludable. La sumisión de los ciudadanos de esta nación ante la «política» de la EPA no ha traído ninguna solución a su incapacidad gratuita para proteger la vida y el medio ambiente. Existe un momento adecuado para la confrontación y el rechazo de la «política» indefendible de la EPA, pero ese momento ya ha pasado. Es necesario que los ciudadanos organicen una impugnación a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos con el fin de detener la contaminación y la degradación de nuestro planeta y de nuestra atmósfera consentidas por la EPA.

Notas adicionales:
En el portal https://carnicominstitute.website/wp/ se pueden consultar observaciones, registros y análisis minuciosos de materiales fibrosos transportados por el aire similares a los que se describen en este artículo, así como el historial de la correspondencia mantenida con la EPA sobre este tema. Deseo expresar mi agradecimiento al señor Challender por el esfuerzo considerable que ha llevado a cabo para poner este informe a disposición de los ciudadanos.

Informe sobre lo ocurrido el domingo 13 de noviembre de 2005

Por Jeff Challender. 17 de noviembre de 2005.

Este es el informe de los hechos que tuvieron lugar el pasado domingo 13 de noviembre de 2005, y que comenzaron aproximadamente a las 12:50 PM (hora estándar del Pacífico) por encima de mi casa en North Highlands, California. En ese momento, mi hijo estaba jugando en el patio trasero de la casa. Dado que hace más de dos años que vengo haciendo un seguimiento de las fumigaciones de sustancias químicas que tienen lugar sobre nuestra casa, mi hijo tiene la costumbre de avisarme cada vez que ve que dichas operaciones se están llevando a cabo.

En el momento mencionado anteriormente, mi hijo me llamó para que mirase al cielo. Efectivamente, el cielo estaba repleto de esas «cortinas» de material que solemos ver cuando las estelas químicas se extienden tras las operaciones de fumigación. En particular, al este de nuestra casa había un avión que dejaba un largo rastro que no se disipaba. Le pedí a mi esposa que me trajera nuestra cámara digital Vivitar 3300 lo más rápido posible, y fotografié la aeronave y su estela lo mejor que pude desde la posición en que me encontraba. También hice una foto de una estela reciente que se extendía rápidamente.

Si hubiera sabido lo que iba a ocurrir unas dos horas más tarde, habría hecho más de cuatro fotografías del cielo aquella tarde… Pero volví a mi despacho a seguir trabajando en mi sitio web.

La neblina que sigue a las operaciones aéreas.

Alrededor de las 3 PM (hora estándar del Pacífico), mi hijo, en un estado de gran nerviosismo, me llamó para que fuera de nuevo a mirar al cielo. Me dirigí al patio trasero, y me quedé paralizado. Ante mis propios ojos, hebras y manojos de un material fibroso blanco caían del cielo. Este material se enganchaba en los árboles y se quedaba posado sobre las casas, sobre la hierba y sobre los coches aparcados. Estaba tan aturdido, que olvidé sacar fotos de este fenómeno. Ahora lamento haber cometido ese fallo.

Lo que sí se me ocurrio fue pedirle a mi hijo, que tiene 18 años, que recogiera muestras del material con los palitos y ramitas que pudiera encontrar, y se mostró dispuesto a ayudar. Tengo una discapacidad permanente debido a una lesión de la médula espinal que sufrí hace unos seis años. Mi movilidad es limitada porque mis piernas ya no funcionan normalmente. Por esta razón dependo de mi hijo, que sustituye a mis piernas cuando hace falta.

Le advertí que no tocara las hebras y que procurara que no se le metieran ni en los ojos, ni en el pelo ni en la ropa. Tuvo cuidado y aparentemente no le pasó nada. Lamentablemente, mi esposa deshizo algo de la sustancia entre los dedos, y la describió como “cerosa”. Cuatro días más tarde fue a nuestro médico de cabecera con una erupción cutánea que le picaba… La erupción ha remitido gracias a la aplicación de una pomada prescrita por el médico, que no fue capaz de diagnosticar la causa exacta.

En cuestión de minutos, lo que había “llovido”… ¡había desaparecido! Fuera de casa, todo se había derretido, evaporado, o simplemente se había disipado. Muy curioso. Nunca he visto nada parecido a lo que nos ocurrió, pero había oído hablar de ello en Internet.

Pusimos las muestras recogidas en un pequeño frasco con una tapa a presión y lo dejamos en mi despacho toda la noche. La idea era enviarle la muestra al Sr. Clifford Carnicom, ya que yo pensaba que él podría hacer que la analizaran en un laboratorio.

El material fibroso original transportado por el aire que metimos en un frasco.

Cuando examinamos el material del frasco el lunes 14 de noviembre, habían desaparecido entre dos tercios y tres cuartas partes de la muestra. Fotografié el frasco y lo que quedaba en su interior. Entonces intentamos sellarlo herméticamente poniendo cinta de embalaje alrededor de la tapa y del borde. Era de esperar que tal vez una presión parcial del material “evaporado” que se desarrollaba en el frasco haría que el aire del interior se saturase, lo que impediría o detendría el desgaste de la muestra. Este sencillo procedimiento parece haber tenido un éxito limitado, ya que la muestra “sobrevivió” unos cuantos días más.

El martes 15 de noviembre de nuevo le hicimos fotos al frasco. Parte del material había desaparecido definitivamente, pero la pérdida fue mucho menor que la de las primeras 24 horas. Aquella noche también hice una llamada telefónica a la Sra. Fels, una colega de Clifford Carnicom; la señora me facilitó los datos de contacto del Sr. Carnicom.

El miércoles 16 de noviembre, el Sr. Carnicom y yo mantuvimos una conversación muy agradable y provechosa sobre los sucesos del domingo 13 de noviembre.

Fue de lo más decepcionante saber que no había ninguna posibilidad de que se hiciera un análisis químico del material. Imaginen cuál no sería mi sorpresa cuando me enteré de que la Agencia Federal de Protección Ambiental no tiene ningún interés por muestras como las que mi hijo había recogido. ¡Y esta es la agencia del gobierno de los Estados Unidos que por ley debe proteger a los ciudadanos de las sustancias químicas peligrosas que pueda haber en el aire, en el agua y en la tierra! Uno tiene que preguntarse por qué esta «agencia que representa los intereses del pueblo», financiada con nuestros impuestos, se niega a investigar lo que denuncian ciudadanos que pagan sus impuestos: que ALGUIEN está fumigando los cielos con sustancias químicas PERJUDICIALES para el medio ambiente en que vivimos. ¡Y para colmo de males, se niegan rotundamente a examinar incluso las muestras físicas de las supuestas sustancias químicas! ¿Para quién se creen que trabajan?

Así que el Sr. Carnicom sugirió que hiciera lo que pudiera con la muestra por mi cuenta. Por supuesto, insistió en que manipulásemos el material desconocido con la mayor de las precauciones.

Entonces, por sugerencia del Sr. Carnicom, yo mismo me puse manos a la obra con la muestra el jueves 17 de noviembre. Conecté mi microscopio Intel QX3 USB al ordenador con el que trabajo. Mi esposa me preparó un área de trabajo «lo más segura posible», con buena ventilación y mucha luz. Saqué una última serie de fotos del frasco, y retiré la cinta adhesiva.

Imagen a diez aumentos

Yo no estaba preparado para lo que sucedió cuando retiré la tapadera del frasco. Al parecer, cuando sellamos el frasco con la cinta de embalaje, se acumuló una concentración del gas en que se transforma este material cuando se descompone: ¡un gas extremadamente nocivo que me sacudió en la cara! Sentí un fuerte escozor en los ojos y me entró un ataque de tos horroroso. También noté un sabor metálico muy fuerte en la lengua. Tardé varios minutos en recuperarme de este ataque espantoso. Me preocupa cuáles puedan ser los efectos a largo plazo, pero a corto plazo ni me he puesto malo ni he sufrido ninguna incapacidad.

A pesar de todo, yo estaba decidido a continuar, así que la muestra fue extraída del frasco y colocada en una placa de vidrio. Con unas pinzas de plástico y una navaja de acero inoxidable, retiré el material que quedaba en las ramitas y palos. Un tercio lo metí en un contenedor de muestras que guardé en el congelador, y otro tercio en otro recipiente que guardé en el frigorífico. El último tercio lo puse en un recipiente tapado para observarlo con el microscopio. Todos los recipientes utilizados fueron suministrados con el microscopio Intel QX3. En total, lo que quedaba de la muestra cabía en una cucharada grande, lo que no era mucho si tenemos en cuenta el volumen de lo que había en el tarro el primer día (lo equivalente a unas cuatro cucharadas).

Pasé más de una hora examinando el material y sacando fotos con el software del microscopio. Durante el reconocimiento utilicé lentes de 10, 60 y 200 aumentos, y una iluminación, tanto superior como inferior, con intensidad baja, media y alta.

Imagen a 10 aumentos.

Tras grabar las imágenes, mi ordenador las procesó para que pudieran subirse a la web. No es más que un examen superficial, dado que no dispongo de medios para llevar a cabo un análisis científico adecuado de la muestra. Las imágenes se incluyen en este informe para que puedan estudiarlas aquellas personas a las que les puedan interesar.

Imagen a 60 aumentos

Espero que mis esfuerzos hayan sido de alguna utilidad al objetivo principal, que no es otro que sacar a la luz lo que algunas autoridades corruptas están haciendo a nuestros cielos y a los habitantes del planeta.

Jeff Challender, 17 de noviembre de 2005.

Este informe, y las imágenes adjuntas, pueden ser reproducidos y distribuidos libremente, pero no podrán ser utilizados para obtener ninguna remuneración de ningún tipo.

Nota: Las fotografías se pueden ver en la versión en PDF del artículo original: fibersnov2005

Nota: Este enlace conduce a una lista de artículos que versan sobre las fumigaciones clandestinas, la geoingeniería, la bioingeniería y sus efectos en los seres vivos.