Publicamos a continuación la traducción al español de un artículo escrito por Clifford E. Carnicom, cuya versión original en inglés (Morgellon’s: First Observations) se puede leer haciendo clic en estos enlaces:
http://carnicominstitute.org/articles/morgobs1.htm
http://carnicominstitute.org/wp/morgellons-first-observations/
MORGELLON: PRIMERAS OBSERVACIONES
Clifford E. Carnicom
12 de agosto de 2006
Revisado el 16 de agosto de 2006
Copyright de Clifford E Carnicom y Jan Smith
Este trabajo se presenta en dos etapas. En el primer artículo se describe una serie de observaciones realizadas a través de un microscopio con una capacidad de aumento relativamente alta. El objeto de observación son unas muestras remitidas por una persona que presenta los síntomas de lo que actualmente se conoce como la enfermedad de Morgellon. Dicha enfermedad se caracteriza en parte por la presencia de un conjunto de dolencias de la piel poco corrientes, de las cuales las más frecuentes son las lesiones persistentes y unas fibras o filamentos inusuales. El segundo artículo será un comentario sobre la cuestión del Morgellon desde el punto de vista de este investigador, y se presentará por separado en fecha posterior.
La enfermedad causa mucho dolor y sufrimiento. La aceptación de la enfermedad por la medicina oficial sigue siendo controvertida, a pesar de que cada vez hay más pruebas de su existencia. Esta investigación está motivada por la constatación de que, aunque la cuestión del Morgellon se supone que lleva varios años en estudio, al parecer no existen imágenes de los filamentos debidamente ampliadas a las que puedan acceder los ciudadanos. Y a pesar del reciente interés mediático por este tema, al parecer también se suele afirmar que no hay suficientes recursos disponibles para llevar a cabo los análisis adecuados. Esta exposición tratará de abordar este problema en la medida de lo posible.
Los materiales fueron recibidos a mediados de julio tras una larga conversación con la paciente. Anteriormente, esta persona ya había publicado numerosos informes y observaciones, pero sus fotografías estaban limitadas a los 200 aumentos debido al instrumental de que disponía. Me ofrecí a llevar a cabo un estudio microscópico con más aumentos, fotografiar los resultados y poner esta información a disposición del público. Ese el objetivo principal de este primer informe; en esta página no se realizará ningún esfuerzo coordinado para evaluar la naturaleza de los materiales. Esta página es el fruto de varias horas de observación al microscopio de parte de una muestra, y aún queda mucho por hacer. Puede que disponga de los medios o recursos para continuar este estudio y puede que no, y resulta sospechoso que esta tarea tenga que llevarse a cabo en la esfera del activismo ciudadano.
Uno de los objetivos de este artículo es proporcionar también al lector un sentido de la escala, y mostrar una progresión desde los materiales originales, tal como existen en el cuerpo, hasta el máximo aumento posible que se puede alcanzar con mi equipo. Los materiales recibidos estaban cuidadosamente empaquetados, bien etiquetados y en buen estado. La descripción que la paciente ha realizado de los síntomas físicos que presenta es rigurosa y completa. Todas las preguntas planteadas a la paciente acerca de la enfermedad han sido respondidas con total sinceridad y con todo detalle. Hace tiempo que la paciente le entregó a un médico un buen número de muestras, pero al parecer no ha recibido a cambio ninguna respuesta concreta, ni descripciones, ni fotos, ni análisis. La información detallada y las respuestas de cualquier representante de la medicina oficial, de los grupos de apoyo sin ánimo de lucro o grupos de investigación, de las instituciones educativas y de las agencias gubernamentales parecen ser extremadamente deficientes. Las numerosas solicitudes, por parte de la paciente, de que se analizaran los síntomas y las manifestaciones físicas de la enfermedad, no parecen haber obtenido ninguna respuesta aceptable. Las repercusiones de un problema sanitario susceptible de alcanzar grandes proporciones y que puede estar afectando a una porción de la población mucho mayor de la que se reconoce actualmente deben ser tenidas en cuenta. Además del sufrimiento que han padecido, estas personas que han dado un paso al frente solicitando asistencia por lo general han sido objeto de burlas y de rechazo. Este grupo requiere como mínimo nuestra compasión humanitaria y asistencia médica.
Además es necesario afrontar directamente la repetida afirmación de que se trata de «ideas delirantes», que normalmente circula con los informes públicos sobre este tema, y buscar si existen motivaciones secretas que puedan relacionarse con esta descripción de la enfermedad. Y también hay que preguntarse por qué tenemos que ser los ciudadanos quienes hagamos pública la información que aparece en esta página. Debería abordarse la cuestión de que existe un riesgo sanitario del que la población (e incluso este investigador) no tiene conocimiento.
Está justificado que nos preguntemos si la naturaleza o la forma de estos materiales podrían ser inusuales, dado que a estas alturas parece ser que esto no se ha abordado ni adecuada ni públicamente. Unas fotografías aceptables tomadas a través del microscopio pueden servirnos de ayuda.
Las fibras procedentes del material de la lesión, visibles en las fotografías anteriores, son el objeto de las fotografías siguientes. El aparato utilizado dispone de cinco niveles de aumento: aproximadamente 700x, 1400x, 2800x, 5600x y 8600x. La ampliación digital de la imagen final puede incrementarse aún más si la situación lo justifica y si la calidad de imagen es compatible con la ampliación. El límite del aumento óptico convencional es de aproximadamente 2000x. Los niveles más altos de aumento que se muestran aquí se han conseguido utilizando simultáneamente una cámara digital (diseñada para la observación astronómica) y un microscopio óptico de buena calidad. Estas son probablemente las primeras imágenes publicadas que muestran con detalle el interior de las fibras que aparentemente son típicas de la enfermedad de Morgellon. Las revelaciones que siguen bien merecen que alguien rinda cuentas y ofrezca alguna explicación, puesto que resulta evidente que estas fibras no son ni normales ni uniformes.
La primera imagen que se muestra a continuación tiene aproximadamente 700 aumentos. En este nivel son relativamente pocos los detalles que se pueden ver. Sin embargo, la fotografía nos permite tener una primera estimación de su anchura; esta primera medición es de entre 10 y 12 micras aproximadamente, y pone seriamente en duda la afirmación de que estas fibras son cabellos humanos, ya que estos tienen una anchura de entre 60 y 100 micras aproximadamente. La forma irregular de la fibra y su evidente torsión descartan además cualquier comparación realista con un cabello humano. En este punto, recordemos que la mayoría de las imágenes que se han publicado estaban en el nivel de los 200 aumentos o menos, lo cual ya nos da una idea de por qué existe tan poca información acerca del aspecto de las fibras (y mucho menos de su estructura interna) a disposición de los ciudadanos que deseen estudiarlas. He encontrado dos imágenes con un aumento extremadamente grande tomadas a través de un microscopio electrónico; sin embargo, como veremos, no ofrecen ningún detalle del interior de las fibras. Al no haber comentarios relacionados con dichas imágenes, en este momento no es posible ofrecer una explicación más exhaustiva de dicha carencia.
La siguiente exposición constará de dos fotografías de control con el objetivo de que se pueda establecer una comparación y también para mostrar la capacidad del equipo de microscopía modificado que se ha utilizado. ESTAS FOTOGRAFÍAS SE PUBLICAN ÚNICAMENTE A EFECTOS DE SUPERVISIÓN Y NO GUARDAN NINGUNA RELACIÓN CON LOS MATERIALES DE LA MUESTRA. La primera fotografía será la de un cabello humano, también tomada a 700 aumentos aproximadamente. La siguiente fotografía será la de una célula sanguínea humana a 8600 aumentos aproximadamente (una célula sanguínea humana mide unas 6 u 8 micras de ancho). Comparaciones adicionales: normalmente las bacterias alcanzan un tamaño de unas 10 micras, y los virus miden por lo general una micra o menos; una fibra de amianto mide alrededor de 2 micras. Quienes deseen establecer otras comparaciones y consultar estudios exhaustivos de las fibras pueden leer los artículos publicados en este portal.
Las fotografías de la siguiente serie, que constituyen el objetivo principal de este informe, se encuentran entre el nivel de los 1400 aumentos y el de los 5600 aumentos. En esta etapa del proyecto de investigación voy a dejar que la mayoría de las fotografías hablen por sí mismas, aunque añadiré pequeños comentarios que faciliten su interpretación. Las dos fotografías siguientes, a 1400 aumentos, empiezan a mostrar ahora una forma y unas características interesantes que no eran visibles en las primeras imágenes. En primer lugar, se observa que las fibras tienen una estructura interna mucho más compleja que la que era perceptible con pocos aumentos. Además, las dimensiones de la fibra presentan más variaciones que las que se veían al principio. Ambos factores por sí solos hacen que empecemos a poner seriamente en duda o a descartar la afirmación de que se trata de fibras comúnmente conocidas, ya sean artificiales o naturales. Tan solo en los informes de los medios de comunicación, hay rumores de que se ha intentado identificar estas fibras utilizando grandes bases de datos forenses y de que dicha tentativa de identificación ha sido un completo fracaso. Uno de los objetivos de este informe es que los lectores lleguen a deducir los motivos de ese fracaso.
Hay una segunda revelación en este nivel de aumento y de observación. Lo que parece ser un solo filamento procedente del material de la lesión es en realidad mucho más complejo, pero esto no se percibe a simple vista. En la segunda de estas dos fotografías, obsérvese la compleja red de múltiples fibras. Por supuesto, esta disposición no era visible a simple vista cuando la muestra fue colocada bajo el microscopio. Es en esta fase donde debe concederse una importancia mucho mayor a la identificación de estos filamentos, así como a cualesquiera estructuras que puedan contener en su interior. También observamos, sobre todo en la segunda fotografía, de mayor translucidez, que existen estructuras internas mucho más pequeñas y con forma elíptica. Esto es un indicio muy fuerte de que las fibras tienen una naturaleza biológica, y ya tenemos un argumento para descartar el cabello humano, así como cualquier tipo de fibra común, natural o artificial.
En este punto, al menos conviene abordar el esfuerzo considerable que se ha hecho y que se sigue haciendo para describir esta enfermedad como un problema psicológico de los individuos afectados. Este esfuerzo se abordará de forma más completa en la sección de comentarios que se publicará más adelante. No obstante, de momento diremos que, si los materiales que se muestran aquí son representativos de la enfermedad de Morgellon, tales esfuerzos por imponer una percepción de «ideas delirantes» a la opinión pública solo pueden ser interpretados como un ardid de primer orden para tratar de ocultar, negar y evitar la realidad del problema al que nos enfrentamos. La incidencia de esta enfermedad está aumentando y a estas alturas ya es mundial. Es razonable preguntarse si no habrá algún programa secreto en marcha cuando se intenta influir tan enérgicamente en la percepción que la gente pueda tener de esta dolencia.
La siguiente serie de fotografías, que es la última, está tomada a 5600 aumentos. Se han producido varios descubrimientos importantes. Ahora es muy frecuente encontrar una estructura subfibrosa en el interior de ciertos segmentos de la fibra principal. Ahora se puede ver que lo que parece ser una sola fibra se compone de innumerables subfibras, y que el tamaño de estas subfibras se encuentra en el nivel micrométrico o en el submicrométrico. Que se sepa, hasta ahora no se había dado a conocer este hecho en relación con la enfermedad de Morgellon y una interpretación mucho más compleja de la naturaleza real de las fibras debe ser propuesta. En segundo lugar, unas estructuras internas, esféricas o elípticas, aparecen ahora dentro de la fibra principal, y miden alrededor de una micra (el tamaño de un virus). La identificación de estas estructuras y de sus funciones, incluidas las subfibras internas de tamaño micrométrico, se ha convertido ahora en una prioridad apremiante.
En esta etapa, el último gran descubrimiento realizado mediante la observación es lo que parece ser una estructura «incipiente» de algún tipo. Estas estructuras aparecen en el borde de la fibra a intervalos irregulares, y contienen en su interior otros dos componentes más: por un lado, unas estructuras esféricas o elípticas, en el nivel micrométrico, recubiertas por una cáscara translúcida; por otro, innumerables fibras, en el nivel submicrométrico, emergen de la estructura en ciernes. Las estructuras incipientes [con forma de brotes o yemas] son un claro indicio de la existencia de un proceso reproductivo o de crecimiento, y pueden estar relacionadas con la propagación de la enfermedad.
La conclusión de este informe es necesariamente breve en este momento. Las conclusiones básicas a las que se puede llegar son las siguientes. En primer lugar, ha habido un fracaso total por parte de la medicina oficial, las organizaciones sin ánimo de lucro y el gobierno a la hora de investigar adecuadamente el origen de la enfermedad de Morgellon y de informar a la población. Si las muestras examinadas y descritas aquí son de alguna manera representativas de la enfermedad de Morgellon, esto significa que todos los intentos de influir en la opinión pública para que acepte que esta realidad es insignificante o que tiene un origen psicológico denotan una gran falta de sinceridad. Hay que hacer frente a todo aquello que sea objeto de secretismo y de desinformación y sacarlo a la luz. Los supuestos esfuerzos llevados a cabo en la investigación por parte de diversas organizaciones sin ánimo de lucro, la universidad y el gobierno, deben ser puestos en duda; existe una grave falta de información pública en lo referente al origen de la enfermedad. Ningún ciudadano debe asumir el riesgo de tratar de identificar la naturaleza de esta afección. La medicina tradicional y las organizaciones sanitarias gubernamentales ya han demostrado su espantoso fracaso a la hora de hacer frente a esta emergencia. Hago un llamamiento a todos aquellos individuos o grupos que dispongan de los recursos adecuados para que intenten averiguar la esencia de este problema lo más rápido posible y hagan públicos todos los resultados de su investigación a medida que los vayan obteniendo.
Clifford E. Carnicom
12 de agosto de 2006
Notas:
Los estudios adicionales y la información procedente de otras fuentes se enlazarán a este informe cuando estén disponibles.
Un comentario adicional sobre el estado general de los descubrimientos relacionados con la enfermedad de Morgellon se presentará en una fecha posterior.
Los resultados de este informe tienen un carácter preliminar, y se limitan al material que ha sido proporcionado por un solo individuo.
Artículo traducido por Conrad R.
Otros artículos de Clifford E. Carnicom traducidos al español:
Morgellon: la prueba del vino y el peróxido (Clifford E. Carnicom, marzo 2008 / Trad. Resistencia)