Morgellon: Morfología confirmada

INTRODUCCIÓN

A modo de introducción, recomendamos la lectura o el repaso de los siguientes artículos de Sofia Smallstorm:

Información básica acerca del cielo

La modificación del tiempo atmosférico

La geoingeniería

¿Calentamiento global?

El control de la población

La decadencia de los árboles en los Estados Unidos

El síndrome de Morgellon

La versión de un investigador

La transbiología

Los ladrones de cuerpos

Cómo nos engañan los medios de comunicación

La agenda oscura de la biología sintética

Íntimo y personal

Asimismo, recomendamos la lectura de estos dos artículos del señor Carnicom:

Otra vez fibras transportadas por el aire, y otra vez, y otra vez más (nov. 2005)

Morgellon: primeras observaciones (agosto 2006)

MORGELLON: MORFOLOGÍA CONFIRMADA

Publicamos a continuación la traducción al español de un artículo escrito por Clifford E. Carnicom, cuya versión original en inglés (Morgellon’s: Morphology Confirmed), publicada en noviembre de 2007, se puede leer haciendo clic en los enlaces siguientes:

http://carnicominstitute.org/wp/morgellons-morphology-confirmed/

http://carnicominstitute.org/articles/morgobs2.htm

MORGELLON: MORFOLOGÍA CONFIRMADA

Clifford E Carnicom
15 de noviembre de 2007

Una segunda paciente me ha presentado muestras y síntomas de la enfermedad de Morgellon para que lleve a cabo su estudio. Los resultados de este trabajo confirman de manera completa y absoluta la morfología interna de al menos uno de los tipos de fibras comúnmente relacionados con la enfermedad. Existen importantes descubrimientos adicionales que confirman la necesidad urgente de averiguar cuál es la verdadera naturaleza de esta dolencia. Hasta la fecha, el progreso ha sido totalmente insatisfactorio, dado que esta enfermedad representa un peligro para la salud pública que, de manera deliberada, ni se ha abordado ni se ha dado a conocer. La búsqueda de la naturaleza de esta enfermedad no está en las manos de ningún individuo, ciudadano, abogado o profesional de la salud; las consecuencias han alcanzado una extensión demasiado grande para esa limitación. Se trata de un problema público y en última instancia debe abordarse como tal. La enfermedad puede estar mucho más extendida de lo que comúnmente se cree y las pruebas de ello se están acumulando.

Vaya mi gratitud a aquellas personas cuya labor ha dado como resultado numerosos avances importantes en la investigación sobre el síndrome de Morgellon, en particular los análisis de laboratorio de la Dra. Hildegard Staninger. Otras personas encomiables también han contribuido al estado actual de nuestros conocimientos. Desgraciadamente, las repercusiones de esta enfermedad requieren una implicación más amplia por parte de los médicos, tanto a nivel profesional como a nivel estatal. Es un hecho que las instituciones y los organismos gubernamentales que por ley tienen que servir al interés general siguen decepcionándonos a un nivel trágico; con el tiempo los ciudadanos estarán obligados a apropiarse de este tipo de cuestiones para alcanzar las soluciones necesarias.

Se ruega a los lectores que revisen el trabajo titulado Morgellon: primeras observaciones [Morgellons: First Observations], publicado en este portal en agosto de 2006, para que se pongan en antecedentes antes de leer el siguiente informe. Este investigador opina que en aquel momento ciertos descubrimientos que se expusieron públicamente exigían atención inmediata. Y este investigador no tiene ni las instalaciones, ni los recursos ni los conocimientos necesarios para realizar los análisis que venimos solicitando desde que hace más de un año tuvieran lugar las primeras revelaciones. Lo que puedo ofrecer es un análisis, fruto de la observación, que apunta a ciertas necesidades que deben cubrirse si alguien desea entender la dinámica de esta enfermedad y cómo puede acabar afectando a la salud pública, casi con toda seguridad a nivel mundial. Ante la ausencia de muestras adicionales, hasta ahora no he sido capaz de ofrecer nuevos progresos en este asunto. Es primordial que se tenga conciencia de lo que significa la información contenida en este informe.

Quisiera saber exactamente hasta dónde se ha avanzado en las respuestas que hay que dar a algunas preguntas básicas desde que ese informe inicial se publicara en agosto de 2006.

¿Sigue existiendo la enfermedad?

¿Ha aumentado su distribución?

¿Cuál es la morfología de la enfermedad?

¿Cómo se puede identificar definitivamente sin recurrir al análisis químico?

¿Cuál es su ciclo de desarrollo?

¿Qué son exactamente las estructuras observadas, medidas y descritas previamente?

¿Cuál es la función de dichas estructuras?

¿Se trata de formas biológicas, de formas artificiales, o de ambas cosas a la vez?

¿Cuáles son las interacciones biológicas que se están produciendo?

¿Qué análisis y observaciones han tenido lugar y dónde están documentados?

¿Qué información se halla disponible para los ciudadanos, en la sede de una institución que sirva al interés general, sobre los métodos de atenuación, control o cura de la enfermedad?

¿Qué relación existe, si es que la hay, entre las estructuras fibrosas que salen del cuerpo humano y las fibras submicrométricas transportadas por el aire de cuya presencia en el medio ambiente se viene informando desde hace unos años?

Las deficiencias actuales nos recuerdan continuamente la negativa de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos [Environmental Protection Agency o EPA] a identificar las muestras originales hace unos años; cada vez hay más pruebas de su similitud tanto en su forma como en su composición química.

En lo que resta de este artículo se expone una serie de fotografías que, una vez más, reflejan la realidad de esta desgraciada enfermedad. Las fotografías muestran una progresión que va desde una visión normal hasta una imagen final de aproximadamente 2500 aumentos. La microscopía normal de luz visible tiene un límite superior de aproximadamente entre 1000 y 2000 aumentos; hemos modificado un modesto dispositivo digital para poder ofrecerles estas imágenes. Varias fibras diferentes procedentes de un mismo individuo fueron examinadas para redactar este informe.

Únicamente al observar las muestras con el máximo aumento disponible es cuando la verdadera naturaleza de esta enfermedad comienza a aflorar. De nuevo señalaremos la necesidad de que se cumplan algunos requisitos urgentes para su identificación y para conseguir un análisis más minucioso.

Es intolerable que toda esta información se deje en el cajón un año más sin que se produzcan avances radicales y sin la participación de los profesionales de la medicina.

Aquellos supuestos «profesionales» que siguen clasificando esta realidad como «delirante» están perpetrando un daño tremendo a la salud de los ciudadanos, y no son merecedores de más discusión.

Ahora mismo ya es tarde para seguir adelante con el trabajo que queda por hacer. Hay que mencionar que al menos otras tres personas me han contactado recientemente porque muestran síntomas físicos idénticos o aseguran tenerlos; ninguna de estas personas tuvo contacto con las demás y yo no les pedí que me consultaran.

No soy un experto en medicina ni pretendo serlo. Les estoy ofreciendo una serie de observaciones que demuestran la urgente necesidad de proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos, y tengo la esperanza de que ustedes actuarán en consecuencia.

m2-5Espalda de la mujer afectada, de 59 años de edad.
La piel está manchada debido a las marcas que han dejado centenares de úlceras que anteriormente estuvieron abiertas durante varios años.
Varias llagas abiertas siguen visibles en la situación actual.
La paciente ha sufrido un tremendo y prolongado dolor debido a la enfermedad.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 2Aspecto que presentan, vistas de cerca, la superficie de la piel manchada y las llagas abiertas características de la enfermedad de Morgellon.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 3Estado actual de la úlcera abierta y activa situada en la piel de la espalda de la paciente.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 4Forma típica extraída de una úlcera de la superficie de la piel. Fotografía tomada a 10 aumentos.
La protuberancia se extiende por debajo de la piel y quitarla resulta extremadamente doloroso.
Obsérvese que las fibras son visibles en esta etapa y que se originan en varios puntos.
Existe un segmento mayor de material de costra en la superficie de la piel.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 5La extracción fotografiada a 60 aumentos.
Obsérvese que ahora las numerosas fibras incrustadas son visibles.
Llegados a este punto de la observación, cualquier similitud con un cabello queda descartada.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 6Vista de la extracción, iluminada desde lo alto, a 60 aumentos.
Numerosas fibras incrustadas son visibles.

 

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 7Fotografía de una muestra de fibra realizada a 750 aumentos.
Nótese que la estructura interna de la fibra comienza a aparecer en este instante.
Esta estructura interna es el comienzo de lo que requiere un examen físico en profundidad.
Solo la información generalizada sigue estando disponible en este momento, cuando nos acercamos al límite superior de la microscopía visible convencional.
El grosor de esta muestra de fibra es de aproximadamente 40 micras.
(El cabello humano tiene un grosor de entre 60 y 100 micras aproximadamente y su estructura es lisa).

 

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 8Ahora la imagen tiene aproximadamente 2500 aumentos, lo que es casi el doble de lo que puede conseguirse con la microscopía convencional. Es en este punto cuando tiene lugar un descubrimiento importante: resulta que la fibra individual se compone realmente de innumerables subfibras (que aparecen rodeadas por un círculo). Estas subfibras tienen un grosor de una micra como mucho.

La similitud que presenta su forma con la de las muestras de fibras halladas en el aire debe ser tenida en consideración a partir de ahora, dado que un hallazgo idéntico se produjo en el examen de dichas fibras. En ambos casos, lo que parece ser una sola fibra si la observamos con un microscopio convencional, en realidad se compone fundamentalmente de una red infinita de subfibras en el nivel micrométrico o submicrométrico. Llegados a este punto, está justificado considerar la posiblidad de que exista un origen nanotecnológico. Esta exposición sigue dependiendo del equipo microscópico disponible, que es bastante limitado.

Las subfibras deben ser analizadas en detalle y los resultados deben ser publicados. Es necesario que se lleven a cabo una observación y un análisis de estas fibras submicrométricas fuera del huésped y tras someterlas a diversos estímulos (por ejemplo, electromagnéticos y químicos). También es necesario el estudio de las fibras submicrométricas en el interior de un huésped vivo y sometidas a los estímulos apropiados.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 9Un segundo hallazgo potencialmente importante tiene lugar con una amplificación adecuada (2500 aumentos). Se trata de la frecuente aparición de un objeto, de forma aproximadamente esférica (y que en la imagen aparece encerrada en un círculo), que también tiene un diámetro de una micra o algo menos de una micra. Por favor, consulten el artículo publicado en agosto de 2006 para ver el hallazgo original. Estas esferas son un componente dominante de la estructura interna y no son visibles salvo con una amplificación adecuada.

La naturaleza, la composición y la función de estas estructuras deben ser identificadas.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 10Un tercer descubrimiento también vuelve a tener lugar aquí (véase el trabajo de agosto de 2006). Esto también tiene una gran importancia potencial y presenta fuertes repercusiones biológicas. Señalamos una vez más que nos encontramos ante la existencia de una estructura «incipiente» [con forma de brote o yema].

Todo parece indicar que se trata de un mecanismo de crecimiento, de extensión o de regeneración. Todavía es muy pronto para asegurar que en el interior de estas fibras no tenga lugar un proceso biológico. Todo apunta a que efectivamente existe un componente biológico en las propias fibras, independientemente de cualquier tipo de asociación con cualquier forma aparentemente inerte. Un químico altamente acreditado ha estudiado esta fotografía en particular antes de su publicación, y ha sugerido que se considere la posibilidad de que se trate de las hifas de un hongo [una hifa es una estructura filamentosa; el conjunto de las hifas constituye el micelio o cuerpo de un hongo]. Siempre y cuando esté disponible, toda información adicional se publicará en el presente informe.

Observamos también, en este caso, que el desarrollo incipiente parece contener estructuras submicrométricas (indicadas con una flecha) de forma anillada. La naturaleza, composición y finalidad de estas estructuras submicrométricas deben relacionarse con las que han sido mencionadas en la fotografía anterior.

Estas estructuras en ciernes se dan o son visibles en el borde de las fibras en todos los casos de los que se tiene noticia hasta el momento, y parecen constituir una especie de mecanismo de ramificación o de «crecimiento».

Unas fibras incrustadas, también de tamaño inferior a la micra, coexisten con las estructuras submicrométricas dentro de la forma «incipiente». Fotografía a 2500 aumentos.

La naturaleza, la composición y la función de las estructuras incipientes deben ser identificadas. Dichas estructuras representan un avance potencialmente importante en la comprensión del «crecimiento» y el desarrollo de la enfermedad de Morgellon. En esta búsqueda, los hongos deben ser al menos tenidos en cuenta.

https://carnicominstitute.org/wp/wp-content/uploads/m2-16.jpgLa red interna de fibras submicrométricas (rodeada por un círculo) se ve claramente en esta fotografía realizada a 2500 aumentos.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 12Otra estructura «incipiente» identificada. Varias de ellas se encuentran generalmente en una sola fibra.
Únicamente es visible con el aumento adecuado (2500x).
Fijémonos de nuevo en las estructuras submicrométricas presentes en el interior del brote (señaladas con flechas) y en la red de fibras submicrométricas (rodeadas con un círculo) del interior de la fibra principal.
La naturaleza, la composición y la función de las estructuras incipientes deben ser identificadas.

https://carnicominstitute.org/wp/wp-content/uploads/m2-17.jpgOtra estructura «incipiente» excepcional, que tiene una forma geométrica casi perfecta.
Nótese la reaparición de las estructuras internas entre los niveles micrométrico y submicrométrico (señaladas con una flecha).
Fotografía realizada con 2500 aumentos.
La naturaleza, la composición y la función de las estructuras incipientes deben ser identificadas.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 14Esta fotografía a 2500 aumentos supone un avance importante en la técnica de la microscopía. La investigación adicional acerca de esta técnica se presentará en una fecha posterior. En esta micrografía [o fotografía microscópica] vemos la muestra fibrosa expuesta a un rayo láser además de a la iluminación convencional desde abajo. En este caso, el láser rojo se utiliza en el modo de iluminación superior. Queda demostrado que la utilización complementaria de la iluminación láser revela detalles significativos que no se perciben con la iluminación visible convencional. La estructura y la red submicrométricas (rodeadas por un círculo) se ven claramente de forma inmediata gracias a esta técnica de modificación.

ESTE PROCEDIMIENTO NO ES COMPATIBLE NI CON LA OBSERVACIÓN DIRECTA A TRAVÉS DE LOS OJOS NI CON EL USO DE ESPEJOS. LA LUZ LÁSER ENTRAÑA UN RIESGO SIGNIFICATIVO PARA LOS OJOS. ESTE PROCEDIMIENTO SOLO ES APTO PARA TÉCNICAS DE OBSERVACIÓN DIGITAL EXTERNA.

RESUMEN

El foco de atención de este trabajo se ha centrado principalmente en los puntos más destacados de la observación y de las necesidades pendientes. He expresado mi opinión personal sobre el fracaso de las instituciones gubernamentales y sanitarias en este asunto. Se ha expuesto la necesidad de que se realice un examen paralelo en detalle sobre las muestras fibrosas aerotransportadas que la EPA se negó a analizar. No hay excusas ni razones que puedan justificar la inacción ante los descubrimientos que se han dado a conocer.

Mi capacidad y el tiempo de que dispongo para llevar a cabo una investigación de esta naturaleza siguen siendo limitados. Se ha reiterado mi llamamiento a la comunidad profesional para que sirva al interés general. Es de esperar que unos recursos más adelantados aportarán nuevos descubrimientos que vayan más allá de lo que se ha conseguido hasta aquí.

La enfermedad de Morgellon es una cuestión y un problema de salud pública, y ese es el interés al que hay que servir. Aquellos que han sufrido, que están sufriendo y que van a sufrir tienen derecho a ser tratados con dignidad, compasión y respeto. Todos debemos actuar desinteresadamente para reducir y aliviar el dolor, el sufrimiento y la enfermedad a los que actualmente estamos expuestos.
Deseo expresar mi agradecimiento infinito a la persona que amablemente ha hecho posible las observaciones que constituyen la parte fundamental de este informe.

Notas:

Este artículo está sujeto a futuras revisiones. Una investigación adicional ya ha finalizado y se presentará cuando el tiempo y las circunstancias lo permitan.

Clifford E Carnicom
15 de noviembre de 2007

 

DECLARACIÓN DE LA MUJER QUE HA SIDO OBJETO DE ESTUDIO

DIARIO MÉDICO

En 1997 trabajaba en una tienda naturista. Empecé a sentir cambios en mi cuerpo que no me gustaban: pérdida de energía, dolores en las articulaciones, problemas de memoria, etc. Sentía como si algo hubiera entrado en mi cuerpo. Una compañera del trabajo, que también era herborista, me dijo que tenía los mismos síntomas y problemas. Entonces decidimos probar varias mezclas de hierbas medicinales y remedios nutricionales. Las dos suponíamos que se trataba de una enfermedad vírica.

Algunos de los extractos y de las hierbas crudas provocaron un efecto impresionante. Ambas sufrimos lo que se conoce como una «crisis de curación». Nos salieron úlceras en nuestros cuerpos. En mi caso, empezaron a salirme en la cabeza; llegué a tener hasta 20 úlceras abiertas a la vez, que eran muy dolorosas y que tardaron en curarse. Un grano tardó casi tres años en dejar de producir sustancias. Por aquel entonces no guardé ninguna muestra porque pensaba que las llagas se debían a una infección vírica y terminarían desapareciendo con el tiempo. A mi compañera empezaron a brotarle por todo el rostro y al cabo de tres meses decidió no seguir. El proceso no solo era muy doloroso (quemazón, dolores agudos al retirar las costras), sino que también era duro de llevar por el mal aspecto que teníamos. A mí el cabello me cubría las erupciones, pero las suyas las veía todo el mundo.

Cuando las llagas de mi cabeza desaparecieron, empezaron a brotarme por toda la parte superior de la espalda y por los omóplatos. Hasta entonces, mi piel había sido suave e incluso estaba tonificada. Empecé a pensar que nuestra teoría sobre el origen vírico era errónea. Algo me decía que la enfermedad era de una naturaleza diferente, pero… ¿cuál sería?

Por aquella época, Clifford Carnicom publicó un artículo sobre una muestra biológica hallada en el aire para ver si alguien la podía identificar, ya que parecía tener características que no eran normales. El Sr. Carnicom tuvo que esperar tres años para que un médico investigador se reuniera con él; cuando el médico vio la muestra, dijo inmediatamente: «Ah, ya sé lo que es. Lo he estado analizando con un microscopio atómico y se trata de una especie de hongo modificado. Atrapa los metales pesados presentes en el organismo y los utiliza para «apuñalar» a las células respondedoras del sistema inmunitario».

Yo ya estaba enterada de que se estaban realizando fumigaciones con aerosoles y sabía que los metales pesados entraban en nuestros cuerpos a través del aire que respiramos. Empecé a darle caza al agente patógeno que había en mi cuerpo con remedios antifúngicos y el resultado fue asombroso, por no decir devastador. Me salieron más llagas en la espalda, en las piernas, en los brazos y en la cara. A pesar de ello, me sentía animada porque empecé a ver las señales o «indicadores» de este agente patógeno. Se trataba de una red interconectada que parecía extenderse por todo mi cuerpo. Curiosamente, si yo mataba una parte de los hongos en una zona del cuerpo, sentía un estremecimiento en otras zonas. Era como si los hongos que se encontraban en distintas partes pudieran comunicarse entre sí. También eran muy resistentes a muchos de los tratamientos: uno que parecía estar dando resultado dejó de ser eficaz un mes más tarde. Después he comprobado que el hongo tiene la capacidad de cambiar y adaptarse del mismo modo que las bacterias cuando se vuelven resistentes a los antibióticos. Empecé a tomar diatomita, que hacía que mi cuerpo expulsara los metales pesados y «desactivaba» al hongo (Perma-Guard 505-243-1460, por unos 30 céntimos al día).

Seguí experimentando con distintas dietas y mezclas de hierbas que tuvieron efectos variados. Se me abrieron nuevas úlceras en la espalda (probablemente centenares) y se me formaron costras que eran muy similares a las costras de sangre normales. No era fácil observar todos los detalles porque lo hacía a través de un espejo. A decir verdad, la mayoría de los días no quería mirarme la espalda, pues tenía unos dolores muy fuertes (me estaban saliendo unas esquirlas que parecían de cristal) y mi espalda tenía un aspecto bastante desagradable (y todavía lo tiene). Algunas de las úlceras se cerraron al cabo de unos días o una semana y otras duraron dos o tres meses. Mis camisetas y sábanas estaban llenas de manchas de sangre.

En 2005 Clifford Carnicom me envió información sobre una nueva «enfermedad» llamada Morgellon. Yo no vi ninguna relación entre las hebras que les salían a los afectados y lo que me pasaba a mí, puesto que nunca había guardado las costras ni me había molestado en observarlas; me las quitaba de la espalda y las tiraba a la basura. A decir verdad, el proceso era tan doloroso y molesto que yo no me daba cuenta de lo que era obvio. Además, yo solo dispongo de una lupa y carezco de una formación científica que me permita trabajar con el microscopio, así que me repetí una y otra vez que «mejor fuera que dentro» y seguí experimentando.

Di con un jabón que aceleraba el proceso (antifúngico) de manera radical. A finales de 2006 me decidí a observar con la lupa una de las costras, y me llevé una gran sorpresa al ver cómo surgían de ella unas hebras pequeñitas. Entonces me puse a examinar tantas muestras como pude.

Las que se veían mejor las guardé y se las envié al Sr. Carnicom, que está publicando sus hallazgos. Más tarde acepté que me fotografiara y le entregué más muestras recientes para que las analizara.

Hasta la fecha (octubre de 2007) tengo unas siete úlceras activas que todavía siguen produciendo material. Parte del material de los dos últimos meses es «plástico» o pegajoso y tiene un color ámbar claro. Todo este material deberían analizarlo en un laboratorio que dispusiera de las instalaciones y del personal necesarios para averiguar cuál es su composición. Del omóplato izquierdo me ha salido un «pegote» del tamaño de un guisante.

COMENTARIO PERSONAL

Basándome únicamente en el conocimiento empírico, estoy convencida de que la mayoría de la gente tiene este extraño hongo dentro de su cuerpo. Veo los «indicadores» en todas las personas con las que me cruzo. Algunas parecen muy afectadas, mientras que otras lo están menos. Hace poco que mi amigo el médico investigador confirmó lo que yo pensaba: me dijo que este hongo estaba presente en todas las muestras de sangre, incluso en la suya.

Pienso que es crucial eliminar todos los metales tóxicos de nuestro cuerpo a diario; el mejor remedio que he encontrado es la diatomita; Tiene que ser apta para uso alimentario (Perma-Guard).

Creo que el hongo es como una «autopista» que transporta los metales, el material «plástico» y las hebras a todas las partes de nuestro cuerpo. Por lo tanto, resulta imperativo eliminar de nuestro cuerpo todos los hongos que podamos. Yo evito los azúcares y uso muchísimo el ajo; consumo alimentos de cultivo biológico y carne de animales criados al aire libre con moderación; tomo té de pau d’Arco y otras mezclas de hierbas antifúngicas. El extracto llamado Deep Health de la casa Herbs.Etc me ha sido de gran utilidad.

Hace poco que me dijeron que los suplementos enzimáticos resultan muy útiles, pero aún no he empezado a tomarlos.

Por último, a lo largo de estos diez años he aprendido algo, pero sé que aún me queda mucho por descubrir. Es de esperar que, con la ayuda de científicos e investigadores totalmente entregados a su trabajo, logremos descubrir el verdadero origen de este síndrome.

Solo entonces podremos tener la esperanza de ayudar a las muchas personas que lo necesitan.

Doy las gracias a Dios por haberse servido de mí.

Dorothy Love Coats

Cantante de Gospel

APÉNDICE: MICROGRAFÍAS DE CONTROL

La siguiente exposición constará de tres fotografías de control para establecer una comparación y para mostrar la capacidad del equipo de microscopía modificado que hemos utilizado. LA FINALIDAD DE ESTAS FOTOGRAFÍAS ES ÚNICAMENTE LA SUPERVISIÓN Y NO GUARDAN NINGUNA RELACIÓN CON LOS MATERIALES DE LAS MUESTRAS. La primera fotografía será la de un cabello humano con una amplificación de 700 aumentos aproximadamente. La segunda fotografía será la de una célula sanguínea humana a 8.600 aumentos aproximadamente; una célula sanguínea humana mide entre 6 y 8 micras de ancho. La última foto muestra células sanguíneas humanas a 2500 aumentos aproximadamente.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 17Cabello humano: SOLO PARA ESTABLECER UNA COMPARACIÓN.
Amplificación de 700 aumentos aproximadamente.
Obsérvese el contorno liso y el tamaño uniforme.
Medición: aproximadamente 65 micras de diámetro.
No se ven ni formas ni estructuras internas significativas.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 18Célula sanguínea humana: SOLO PARA ESTABLECER UNA COMPARACIÓN.
Amplificación de 8600 aumentos aproximadamente.
Tamaño aproximado de la célula: 7 micras de diámetro
Esta imagen representa el límite superior de la calidad y amplificación del equipo utilizado en este informe.

MORGELLONS: MORPHOLOGY CONFIRMED 19Fotografía de la sangre humana para establecer una comparación.
Amplificación de 2500 aumentos aproximadamente.
Las células sanguíneas miden aproximadamente de 6 a 8 micras de diámetro.

Artículo traducido por Conrad R.

Otros artículos de Clifford Carnicom traducidos al español:

Morgellon: las muestras halladas en el aire, en la piel y en la sangre coinciden (dic. 2007)

Morgellon: la prueba del vino y el peróxido (marzo 2008)

El síndrome de Morgellon: una nueva clasificación (feb. 2010)

Nota: El siguiente enlace conduce a una relación de artículos que versan sobre las fumigaciones aéreas clandestinas y sus efectos en los seres vivos.